EN BUSCA DEL SENTIDO COMÚN (Universalización en el lenguaje musical) Por: Julián Ayala

Resulta muy reconfortante escuchar melodías que a uno le agradan, y es que el mundo esta lleno de sonidos, los cuales se han convertido en parte de nuestra vida, parte  de nuestras alegrías, tristezas, esperanzas y demás. En  parte de nuestra cotidianeidad. Pero, ¿cuanto sabemos que ocurre con este magnifico arte llamado música?, que unas veces nos pone nostálgicos y otras se convierte en fuente de nuestras mas profundas inspiraciones.

No es un misterio el saber que, nuestra sociedad esta invadida por ritmos y variaciones musicales de importación, los que al mismo tiempo han recibido una basta influencia occidental. Sin ir muy lejos ahí tenemos a  nuestro ritmo de bandera denominado  “vals criollo”, que no viene hacer más que la derivación de una antaña “mazurca” europea. O el caso del “huayño”, que hoy más parece ser una mezcla sintética de sonidos electrónicos.
Claro esta que es  imposible negar que, nuestras expresiones se van recreando cada vez más, en relación y acorde a un espacio y tiempo determinado. Pero que fue de nuestro sentimiento hecho canción?, de nuestros versos,  nuestros amores y desamores, de nuestro cotidiano vivir, de nuestro sentido común? Si hoy cantamos a la desdicha, a la tragedia, al vicio, como parte medular de nuestro ser.   Será que  todo se ve color evolución, y desde la moda. Al punto de considerar lo otro como nuestro. Es como si estuviésemos siguiendo un trazo ya delimitado, una historia ya escrita, una ley  y orden determinado.
Ahí en nuestra medula mas sensible, en el vehiculo de nuestra sensibilidad e inspiración. Ahí  empezaron a construirse  las dicotomías positivas. Por una parte  el calificarnos dicotómicamente como: música  popular, ante otra considerada clásica, o música inmediata que es parte de la tradición, ante la música mediata, seuda  inspiración ordenada de la modernidad.

Nos implantaron un sistema de códigos universalizando la escritura de nuestros sentimientos, ya sabemos que la intención no era  solo universalizar la escritura, sino universalizar el sentimiento, y de ser posible la  inspiración misma. Al respecto es evidente que no se hizo nada, ni intentarlo dirían algunos. “entonces ¿como nos entenderíamos con otros músicos?”… lo cierto e innegable es que el máximo grado de universalización lo vivimos en este arte denominado música. Combinación de sonidos, que  representa nuestra identidad, nuestro pequeño y largo andar por el mundo.         

Paradigmas  emergentes hoy nos impulsan a buscar nuestro sentido común, como la base de la vida y para la vida, tomar  la realidad tal como existe, no transformarlos en conceptos abstractos. Aunque ¿como entender la realidad sin antes experimentarla?, ¿sin practicarla? Seria una realidad engañosa.

La Búsqueda de nuestro  sentido común, no tiene por que ser una odisea, ya que está en nosotros mismos, en nuestras “Tark`as, sikus, pinquillos, lawakumus etc.” y no en lo importado, en lo considerado equilibrado, ordenado, eterno y mediato. El sentido común parte de nuestra sabiduría popular, de nuestro ethos, de nuestra cosmovisión, de nuestro conocimiento libre de valores y prejuicios.

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