LENGUA Y ORALIDAD (Más allá de una historia oficial… ) Francisco Castillo Barriga

La imposición de una historia “oficial” surge con  la imposición de la escritura, con ello la desmemorización, el olvido o simplemente el   desconocimiento de la historia local, con ello también la ruptura  y discontinuidad lingüística  cultural de las culturas andinas.
El lenguaje escrito como una  imposición ha contribuido a la normalización comunicativa de los pueblos sin escritura;  a ello el Instituto Linguistico de Verano  “ILV” Ha sido un icono  que tuvo  una labor bastante preponderante en la década de los “40” al igual que el proyecto “Perú Cornell” y el Plan Nacional de Integración de la Población Aborigen “PNIPA”, son  tendencias desarrollistas que han apoyado a una especie de “epistemicidio  lingüístico” en los lugares de intervención.
Para  el tiempo actual y durante  por lo menos  cinco décadas pasadas se han ido implementando programas denominados “educación bilingüe”, educación intercultural bilingüe, entre otras denominaciones; que pretendieron y  pretenden de una u otra manera revalorar, reconocer y dar práctica a las lenguas maternas,  de las lenguas “subordinadas” de las lenguas minimizadas; bajo un eje transversal de “interculturalidad”. Que lastimosamente en la  práctica y cotidianeidad  no responden a  mermar el problema de la no puesta en valor de la lengua o lenguas de las culturas andinas. O será como lo indica “Pedro Sotolongo” Que aun  nuestra  propia cotidianeidad no es nuestra como tal?
Es cierto, la existencia de un racionalismo instrumental ha calado profundo en las Culturas Andinas, al punto de generar un colonialismo interno que funciona muy bien en detrimento de los propios congéneres, un colonialismo interno que pretende romper con todos los procesos, elementos de cohesión  cultural y social, todo ello desde el “no reconocimiento, la no valoración, y sobre todo la no practica” de lo entendido como,  “la puerta del alma, la puerta del espíritu - las lenguas de las culturas”.
Por otra parte, Identificamos que  de un tiempo a esta parte se oye mucho y se adjetiviza de sobre manera a la cultura occidental como enfermedad, contagio, etc. Omitiendo y en muchas veces lo útil que puede sernos combinar  las distintas formas de racionalidad en pro de fortalecer nuestra propia identidad.
Marisa Andrea Bolaña, escribe que en los últimos años, hemos leído y oído varios cuestionamientos al neoliberalismo. Pareciera que en ciertos ámbitos académicos se ha vuelto “una moda” criticar las políticas neoliberales y sus efectos. En el mismo sentido, se habla, se discute, se escribe, se lee y se piensa acerca de la globalización. Pero  pareciera que nada puede hacernos escapar de ambos.   Y es que también el hecho de que  cada vez se  acreciente una imposición de una cultura única de la vida cotidiana, de significaciones sociales, en las que se construyen las subjetividades, constituye prácticas de poder… (Sotolongo, 2002c).
No obstante, no es el hecho de que exista solo una imposición, es una aceptación, búsqueda de  “lo otro” para hacerlo nuestro, proceso en el que estamos más imbuidos. En este sentido se ha hablado  bastante pero no suficiente sobre la imposibilidad del conocimiento moderno occidental   de dar respuesta a los cambios  sociales, ambientales, culturales actuales; muchos de ellos en contraposición  de dicha racionalidad y/o en consecuencia de la misma.
Bajo ese escenario de cambio y resistencia queda  ser soberanos de nuestra riqueza cultural de nuestros conocimientos, de nuestras sabidurías y aun sobre todo de nuestra “lengua madre” a pesar, de que en muchos casos se la ve  o se la tiene  como una madrastra.
En términos de Andrea Bolaña …” nuestra responsabilidad es encontrar los modos  de resistir la imposición de sentidos sociales y generar nuevas significaciones  en las que se construyan las subjetividades”


LENGUAJE Y LENGUA
           
            El proceso de conceptualización de la lengua como elemento identitario fundamental de pertenencia a una etnia, grupo humano o nación, difiere sin duda y de manera muy  cercana entre uno  u otro intelectual o corriente de pensamiento; claro está que no desechamos que ante la ausencia en la práctica de una lengua en común los grupos humanos resignifican sus sentidos hacia el mundo y formas de entendimiento, a través de manifestaciones culturales tal es el caso de la pintura, la  danza, la música, etc.
En tal sentido para dar mayor sustento al entendimiento de la “oralidad” como herencia social, como una historia desde abajo, como conocimiento alternativo; es necesario  conceptualizar lo que en si la oralidad  representa. No sin antes destacar  el rol importante de la “lengua”    considerando que:
“cada lengua constituye un cierto universo, un sistema semiótico de comprensión del mando, y si poseemos  4,000 diferentes maneras de descubrir el mundo, eso nos hace ricos. Deberíamos ocuparnos de  la preservación de la lengua igual que la hacemos de la ecología” (Cristal 2001:50)
En consecuencia podemos incurrir en atrevimiento al indicar que, “las culturas andinas” tenemos la identidad en la lengua que funda nuestras vidas, las cuales con nuestros territorios expresan sentidos y que desnudan  el alma del espíritu… 
Para  Alessandro Duranti,  “…el lenguaje como recurso cultural y el habla como practica cultural… la lengua es una herramienta poderosa y no como un espejo de realidades sociales que suceden en otras partes”  (Duranti, 2000: 13)
El lenguaje es el medio que todo ser humano usa para comunicarse con sus semejantes  (la forma de  realización es particular de una cultura) La lengua es considerado uno de los principales elementos identitarios y de formación étnica.

Las lenguas son uno de los tesoros más valiosos de la humanidad. No son solamente instrumentos de Comunicación, sino universos de sentido que permiten interpretaciones complementarias de la realidad y Ofrecen conjuntos simbólicos indispensables para comprendernos a nosotros mismos y propiciar la Convivencia humana. (Federico Mayor Zaragoza 1996.)
Para el filósofo "la lengua es la casa del ser", por eso el poeta "habita una lengua". Si Lengua es Identidad, la Memoria es el territorio del espíritu donde se enraízan los saberes y emociones que atravesaran los tiempos. No hay identidad, lenguas y tradiciones sin memoria. Todo eso forma parte del patrimonio intangible de la Humanidad, que requiere de una capacidad memoriosa no sólo para explicar el pasado sino urgida para actuar en los complejos tiempos venideros, pues  en todo futuro hay un pasado vigente... (Dr. Edgar Montiel)
Con una visión contemporánea y de futuro, la UNESCO  no busca sólo rescatar las tradiciones orales sino preservar en las culturas vivas de nuestro tiempo el aporte de la  tradición y la historia. Hoy en día, por ejemplo, se reconoce en la prodigalidad y gracia del cuento y la novela latinoamericanos la huella indeleble de la oralidad.

Cada lengua que muere es un mundo que desaparece  definitivamente. La fuerza de la globalización no debe  condenarnos al empobrecimiento idiomático pues, según señala el Prof. Federico Mayor, las lenguas no son únicamente instrumentos de comunicación sino "universos de sentido que permiten interpretaciones complementarias de la realidad y ofrecen conjuntos simbólicos indispensables para comprendernos a nosotros mismos y propiciar la convivencia humana".
Como reconoce el mismo Hobsbawn esta forma de Historia Oral puede dar como resultado libros apasionantes, pero no libros de Historia. Necesitamos saber, como él dice, no sólo qué pasó, sino por qué pasó.

HISTORIA ORAL Y ORALIDAD

El presente  del cual somos parte, no requiere paradigmas mesiánicos, alternativas de monoculturas que se pintan de salvación o mejor conocimiento; es sabido también que la historia escrita  como tal, es simplemente la oficialidad  direccionada de imposición  de una monocultura, y por ende es parte del “epistemicidio” en el cual nos encontramos.
En consecuencia,  buscamos hoy elementos que puedan ser el puente  que articule  sentidos entre el ser absorbidos por   una corriente de absolutismos o quedar también sucumbidos en un etnocentrismo que te deja  al margen de un presente, el cual cada vez es mas ajeno. 
La historia oral   cobra sentido  toda vez que se convierte no solo en   memoria oral, sino  que es sabiduría alternativa ante seudos conocimientos universales. La historia oral rica en oralidad de sentidos es sin duda un elemento fundamental que necesita ser estudiada con paciencia y seriedad, desde una postura crítica sin sesgos  y direccionamientos unilaterales; la historia oral y la oralidad representa hoy una selva desconocida,  una beta de conocimientos y sabidurías  que buscan ser entendidas…  
Por otra parte, estudiosos han coincidido que La Historia Oral es un término que  se presta a confusión porque parece que quiere ser una disciplina distinta, como la Historia Económica, cuando de hecho es una técnica para la investigación histórica. Incluso algunos que utilizan actualmente la técnica prefieren no utilizar el término, hablando más bien de Lije Stories -Relatos de la Vida- aunque muchos también lo denominan como Fuentes Orales, al final llámese Historia  o Fuentes Orales, estamos frente a aquella historia no escrita la cual está en la memoria colectiva de nuestros pueblos a punto de extinguirse.   
 Para  Ivan Reynaldo Laura Apaza, intelectual boliviano,  La oralidad fue utilizada como medio de transmisión de memoria desde épocas remotas. Así, los grupos prehispánicos de nuestro continente tenían cantos especiales que narraban el pasado de cada ayllu o panaca.  De aquí sin embargo necesitamos hacer una distinción: entre “tradición oral” e “historia oral”. La primera hace referencia a “todo el saber acumulado de un pueblo” (tecnología, ciencia, mitos, religión, etc.) más allá de anales “folkloristas” ; la segunda, donde nos concentraremos, puede entenderse en dos acepciones; como registro histórico plausible de reconstruirse en base a testigos directos e indirectos del pasado estudiado, y, como método de investigación alternativo a la historiografía occidental, una alternativa no solo contemplada desde una lógica instrumental sino como discurso epistemológico descolonizante que busca construir una “historia desde abajo” y por “sus actores”.
Un punto importante es cómo articular la transmisión de una Historia oral a través de la escuela, o mediante la escuela; un reto por demás decirlo muy necesario y trascendental, que sin duda  es la bisagra que articula la continuidad de la memoria histórica, un dialogo  y continuidad del pasado y el presente.       
Ivan Reynaldo Laura Apaza, considera que el largo caminar de la  historia oral ha llegado hasta consolidarse en medio de las ciencias contemporáneas, ha aportado fascinantes posibilidades en las investigaciones sociales. Todo este potencial sin embargo aun no ha sido suficientemente aprovechado en aéreas como la enseñanza de la historia en la escuela, que, como habrán experimentado muchos profesores, presenta enormes dilemas. El mayor problema con la historia en el aula, es que la misma es percibida como “irreal”. Es decir, el estudiante contempla el pasado como “pasado” (un algo inerte que simplemente quedó atrás) y a causa de ello considera que la historia es para memorizarse y no para comprenderse. En este sentido tiene dificultades, en primer lugar, para comprender conceptos abstractos en relación cuestiones teóricas de la historia como ciencia social, tiempo histórico y las multicausalidades, por ejemplo.
            La historia oral, como una historia desde abajo necesita la atención y tratamiento adecuado,  darle sentido de vida, el cual está encerrado en un cuento, poema, canción o sueño, etc. Ya que no solo cuenta con un sentido literal solamente, sino requiere una interpretación desde un sentido cultural, metafórico y espiritual.  La oralidad  como canción, poema, etc. Necesita  trascender de una simple transcripción, necesita una interpretación y  reinterpretación desde los propios actores sociales.  No basta una traducción, o la traducción no es suficiente, es más, estas equivalencias nos aleja del verdadero etnosentido  que denota la oralidad.          
La utilización de la memoria colectiva como recurso  endoculturativo, educativo mismo y de instrucción siempre ha estado presente en el ser humano; así lo identifica Malinowski en la siguiente cita.
El arte de hacer fuego, de construir herramientas de madera o de piedra; de edificar viviendas rudimentarias, de usar cuevas para vivir. ¿Qué suposiciones debemos  hacer  en lo que se refiere a la razonable conducta del hombre, a la incorporación permanente de esta conducta en la corriente tradicional  y al apego de cada generación al saber heredado de sus mayores?
Uno  de los artificios primitivos más simples y fundamentales es el de hacer fuego. En este caso, por sobre la habilidad manual del operario, encontramos una definida teoría científica incorporada a cada ejecución y al saber tradicional del grupo. Tal tradición ha debido definir de manera general y abstracta el material y forma de los dos tipos de madera usados, así como los principios del acto, el tipo del movimiento  muscular, su velocidad, la captación de la chispa  y el mantenimiento de la llama. La tradición se ha conservado viva, no en los libros, ni en teorías físicas explicitas; pero presupone dos elementos, el teórico y el pedagógico….(Malinowski: 1984; 29)
Malinowski considera que la tradición  de hacer fuego se ha mantenido vigente no por una  información escrita, sino más bien por una transmisión oral de conocimientos, de ahí la importancia de las fuentes orales  u oralidad, de ahí la importancia de la lengua que cumple el papel de bisagra que articula como indicamos líneas arriba  el pasado con el presente, además articula y mantiene viva la tradición.  

TRADUCCION  E HISTORIA ORAL

La relación traducción e historia oral responde a una relación un tanto impositiva, hasta en cierto punto incongruente, excepto en situaciones en donde se den las garantías de una adecuada  “traducción”; pero ¿Qué implica una adecuada traducción?  Es ir más allá de buscar posibilidades de significado, es dar una reinterpretación del etnosentido, algo de por sí bastante complejo y hasta cierto punto difícil de lograr, relativamente no imposible.      
La traducción en tal sentido como una posibilidad de significado  y no un hecho concreto busca  ser sentido verdadero y significado de un texto.  
Para Alesaandro Duranti, “traducir significa, en muchas ocasiones, dudar, buscar entre varias posibilidades, contrastar y finalmente, elegir. A veces, la elección es difícil y ardua y no llegas a satisfacer completamente…” (Duranti, 2000 : 09)
Por ejemplo la traducción de la historia oral aymara al castellano responde a la misma situación, ya que  existe frases, entonaciones y énfasis en la pronunciación de las palabras que son imposibles de dar un sentido en otro idioma. Solo existen aproximaciones “posibilidades”, que muchas veces se alejan del verdadero sentido de decir las cosas.
Buscar  una relación dialógica entre la traducción e historia oral estará muy relacionada al pensamiento  que pregona De Sousa Santos, quien…Enfatiza  que la  utilización de la traducción responde al hecho de recuperar algunas de estas experiencias,  que la ecología de saberes  considera  traducción intercultural.
Cabe señalar que Existe toda una argumentación de la  Ecología de saberes, ante  o en contraposición del pensamiento absoluto o critica a un pensamiento “metonímico” – ante  una monocultura.
En tal sentido para el autor  traducir “…es primeramente  concebir   la existencia de una sino muchas filosofías las cuales mediante un dialogo mutuo, conlleva a un enriquecimiento.  Mediante la traducción intercultural, es posible identificar preocupaciones comunes, enfoques complementarios y por su puesto contradicciones intratables. Lo que hace entender que la “zona de contacto” campos sociales donde diferentes mundos de vida normativos, practicas y conocimientos se encuentran, chocan e interactúan…” (De Sousa Santos: 2001; 56)
El entendimiento de estas ”zonas de contacto” en el proceso de una traducción intercultural van de seguro mucho mas allá de interacciones y diálogos sin sentido, ahí talla un papel importante y fundamental categorías como ( reconocimiento mutuo, emancipación, el sentido de reconocer y ser reconocido como sujeto, autonomía,  rebeldía, etc.)
En consecuencia si bien a la oralidad se la relaciona como parte de la naturaleza, como un proceso espontaneo que no requiere mayor tratamiento que el de ser considerado como  memoria colectiva;  es sin duda sabiduría que cohesiona y da sentido de vida a las personas, aun no recibe un reconocimiento y valoración, la oralidad trasciende tiempo y espacio,  estos dos últimas a la vez se convierten en el punto de quiebre y en la peor amenaza de mantener viva la oralidad…
Finalmente en este proceso de construcción  de  nuevas formas de racionalidad desde una perspectiva crítica en aras de hacer  conocimientos que además de aportar en una mejor  forma de entender  la vida con dignidad  busque ser paradigma alternativo; no es suficiente buscar en la vasta e insuficiente bibliografía escrita, es vital ir a la fuente misma, la historia oral es hoy por hoy fuente inagotable de sabiduría desestimada muchas veces pero presta a llenar vacios que la propia historia oficial ha dejado…            

1 comentarios :

  1. Interesante artículo. Seguimos pensando en construir nuestras identidades y subjetividades singulares en un entramado colectivo que recupere los sentidos de nuestra américa profunda que tan avasallada sigue siendo.

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